Hacer una buena temporada

Hacer una buena temporada

No será el fijar un objetivo super ambicioso y obsesionarse con él lo que te hará llegar a la meta, sino el centrarte en lo que depende de ti en cada momento, cada día, en cada entrenamiento y te acerca a esa meta.

¿Y qué es lo que siempre depende de ti? Tus conductas, acciones y comportamientos diarios. Lo que haces aquí y ahora.

¿Quiere esto decir que no hay que tener un objetivo al inicio de la temporada? Ni mucho menos. Al inicio de la temporada se han de definir objetivos individuales. Pero lo que has de conseguir es ser capaz de bajar esos objetivos cuyo cumplimiento está lejano en el tiempo, a conductas del día a día que dependan de ti en cada momento.

Por ejemplo: el jugador que se marca como objetivo “hacer una buena temporada” no puede quedarse ahí. La siguiente pregunta sería:

  • ¿Y que consideras “una buena temporada”? ¿Qué es lo que tiene que pasar para que la califiques de buena? Al responder a esta pregunta hay que describir el detalle de los sub-objetivos que deben darse para que consideres que la temporada al final es buena.
  • Pero una vez has hecho esto no puedes quedarte ahí. Para cada sub-objetivo vuelves a hacerte un pregunta. En este caso: “ ¿Y qué quiere decir eso?

Imaginemos que uno de los sub-objetivos que permiten hacer una buena temporada es “jugar suelto”. Entonces te preguntas: ¿Qué quiere decir “jugar suelto?

  • Y a lo que te respondas, vuelves a preguntarte lo mismo.

En el caso de “jugar suelto” supongamos que las respuestas son: “no sentir la presión”, “que me dé igual lo que opinen otros de mi”…

  • Ahora cogemos cada una de esas respuestas y seguimos preguntando. En esta ocasión la pregunta es: ¿Qué he de hacer para conseguir esto?

Supongamos que las respuestas son: “saber quién soy y cuales son mis cualidades y que eso no cambia por un mal partido o entrenamiento”, “Llenarme con el juego y dejarme llevar por él”, “Definir el círculo íntimo de personas cuya opinión es relevante para mi” “entrenar al máximo para sentirme bien físicamente”…

Y así, a cada una de estas respuestas sigues preguntándoles de nuevo “¿Y qué hay que hacer para conseguir eso? “

Y en el último escalón llega la magia. En el último escalón ya estás en el mundo de las conductas, ya estás en el mundo de la acción, de lo que tú has de hacer cada día, en cada entrenamiento y te acerca a ser merecedor de conseguir el objetivo.

En ese momento es cuando puedes olvidarte de tu objetivo lejano para poner todo tu foco en lo que hay que hacer para conseguirlo. Y cada día repasas tu check list de conductas que te acercan. ¿Y si cumples esa check list alcanzarás tu objetivo? A lo mejor no, pero tendrás la sensación de que cada día has hecho todo lo que depende de ti para acercarte a lograrlo.

 

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